
Primeramente, lo busco en Amazon. Está, con entrega al día siguiente. Pero como tengo que ir al final de semana a El Corte Inglés a mirar otra cosa, en vez de comprarlo el lunes a través de Amazon, decido comprarlo en ese centro comercial, previa verificación de disponibilidad y precio. Me digo a mi mismo que, como no tengo prisa y compro mucho en Amazon, voy a hacer gasto también en otra empresa.

Esta anécdota, que supongo le habrá pasado a mucha más gente,me hace reflexionar sobre varios puntos:
2- Una cultura empresarial obsoleta y no adaptada a los nuevos paradigmas comerciales y que no sabe enfrentarse a empresas con otra forma de ver las cosas. Actores como Amazon son nativos digitales, juegan en otro plano, y ahí es dónde hay que competir.
3- Una trabajadora que no ha querido o no ha sabido adaptarse a los nuevos tiempos, y que no ha entendido que el escenario ha cambiado, que ya no se vende como hace 20 años, y por lo tanto es una persona que ralentiza el avance de la empresa. Probablemente su edad y falta de formación específica no la hagan ver la importancia de asimilar y adaptarse al cambio. Esto es culpa de la empresa, por no haberlo incorporado a su ADN y culpa de esta persona por no haber tenido la inquietud de aprender y desarrollar nuevas habilidades comerciales.
En mi opinión, ¿qué hubiese sido lo óptimo? Pues ante la no disponibilidad del libro en tienda en ese momento, pues que la trabajadora me hubiese ofrecido, no sólo la opción de traerlo a la tienda, sino la opción de que me lo mandaran a casa, idealmente en el mismo plazo que lo hace la competencia. Esto es omnicanalidad. Empezar la compra en un lado (tienda fisica) y acabar recibiéndola en casa como si hubiese hecho un pedido online. El no haber desarrollado este sistema o concepto, es culpa de la empresa. Otro escenario que se hubiese podido dar es por ejemplo, la trabajadora no lo puede hacer directamente desde su ordenador, pero si es consciente que el libro está disponible en la web del Corte Inglés, haberse ofrecido a ayudarme a hacer la compra online del libro. De esta forma, mi dinero se hubiese quedado en la empresa, lo que hubiese redundado positivamente en ella, quizás no directamente, pero si indirectamente.
La duda que me queda es, si la culpa de no haber finalizado la compra es de la empresa por no tener desarrollada una correcta estrategia omnicanal o de la trabajadora que no la supo aplicar si el Corte la tiene desarrollada. En cualquier caso, este tipo de fallos hacen que muchas compras y muchos millones de euros pasen a la competencia.

Vaya por delante (o más bien por detrás, que ya estoy terminando la entrada), que El Corte Inglés me parece un modelo de empresa en muchos sentidos, y que siempre han tratado al cliente, o por lo menos a mí, de forma excepcional. Pero todos los negocios tienen que adaptarse a los cambios, si no, su futuro será, cuanto menos, incierto.
Un saludo,
Javier
PD: He escrito esta entrada desde el móvil, aunque la haya terminado desde el ordenador para subir las fotos. Ventajas del multidispositivo.
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